Una oración (O) es una construcción que contiene por lo menos un predicado X, al lado de otros constituyentes opcionales Y.

Una oración independiente hace parte de un texto o discurso, con el que guarda coerencia. Una oración dependiente hace parte de una oración compleja.

Según su tipo, una oración puede tener estructuras internas diversas y consistir de constituyentes diversos.

Una oración simple contiene una sola predicación. Sea cual fuere el tipo de construcción, la oración simple maya se inicia por su predicado. Este es su núcleo y, muchas veces, su único componente. Si hay otros componentes Y, se siguen al predicado.

En la norma culta, toda oración que empiece por otra cosa que su predicado no es ninguna oración simple sino una oración extendida por dislocación o escición. Sin embargo, en el habla se observan oraciones que empiezan por su sujeto. Eso se debe evidentemente a la influencia del español.

La oración no es instancia de ningún tipo superior.

Las oraciones pueden subdividirse según diferentes criterios. En la gramática semasiológica, se usan criterios estructurales. Los dos más importantes son la autonomía (o no) de la oración y su complejidad (o simplicidad).

1. Según el criterio de la autonomía, las oraciones se subdividen en autónomas y subordinadas.
2. Según el criterio de complejidad, las oraciones se subdividen en simples y complejas. Una oración puede contener un sólo predicado, y en este caso se trata de una oración simple. La oración compleja consiste de varias oraciones simples.
   • La oración simple se trata en la sección de oración autónoma. La oración simple a veces se denomina cláusula, lo que no se hará aquí.
   • La oración compleja se trata en la sección de oración compleja.

Otro criterio importante de clasificación de oraciones es la ilocución, según la cual se distingue entre oraciones declarativas, interrogativas, imperativas y exclamativas. Visto que éste es un criterio semántico, se usa en la parte onomasiológica de la gramática.